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MAMMOET: TRANSPORTES EFICIENTES DE SUBESTACIONES PARA EL MAYOR PARQUE EÓLICO MARINO DEL MUNDO

Se han completado con éxito las operaciones de traslado de las subestaciones del parque eólico marino Dogger Bank, el que será el mayor del mundo cuando esté terminado. Situado en el mar del Norte, frente a la costa nordeste de Inglaterra, Dogger Bank tendrá una potencia instalada de 3,6 GW, suficiente para suministrar energía a unos seis millones de hogares al año.

El proyecto está siendo desarrollado por SSE, Equinor y Vårgrønn en tres fases: Dogger Bank A, B y C. Mammoet ha participado en las tres, encargándose del transporte y pesado de las tres subestaciones marinas que dan servicio al parque.

Las subestaciones, fabricadas por Aibel, son elementos clave del sistema: recogen la energía procedente de los transformadores, la convierten y la envían a tierra para su distribución. Su construcción se ha realizado por etapas en dos emplazamientos distintos.

Primero se inició la estructura de acero en el astillero de Aibel en Tailandia. Posteriormente, los módulos se trasladaron al astillero de Aibel en Haugesund (Noruega), donde se completaron los trabajos de acero e instalaron los transformadores y otros componentes complejos.

Al estar el proceso de fabricación dividido entre dos países y al depender de un buque especializado para el transporte, fue imprescindible una planificación muy cuidadosa, tanto de equipos como de personal, para cumplir los plazos.

Cientos de líneas de ejes en dos continentes

Mammoet apoyó a Aibel en las tres fases operativas de cada subestación:
– la salida de Tailandia (load-out) en Laem Chabang,
– la llegada a Noruega (load-in) en Haugesund,
– y el pesado y la carga final para su transporte al mar del Norte.

Uno de los mayores retos fue reunir el enorme número de SPMT (Self-Propelled Modular Transporters) necesario para ejecutar estas fases en dos localizaciones muy distantes.

En Tailandia, Mammoet aportó 338 líneas de ejes para mover unas estructuras que, en ese momento, rondaban las 7.500 toneladas. En Noruega se requirieron otras 344 líneas de ejes: 264 para la operación de load-in y 80 adicionales para el pesado y el segundo load-out, ya con la subestación terminada y un peso final de 9.350 toneladas.

En total se utilizaron 682 líneas de ejes, procedentes de la flota global de más de 5.000 líneas de SPMT de Mammoet, enviadas mediante buques portacontenedores y transporte terrestre.

Aunque las tres subestaciones tenían pesos similares, cada operación de carga y descarga se vio condicionada por factores de marea, requisitos de ingeniería y condicionantes logísticos diferentes. Tras configurar con precisión los trenes de SPMT, estos elevaban los módulos usando su propio recorrido hidráulico y los transferían desde o hasta los buques de transporte oceánico.

Para mejorar las operaciones de elevación (jacking), los equipos de ingeniería de Aibel y Mammoet colaboraron en el diseño y fabricación de vigas especiales de grillage para los SPMT. Estas vigas permitían transmitir las cargas desde los remolques a los puntos estructuralmente más resistentes de las topsides.

Aibel también fabricó dos bastidores de carga específicos (load-out frames) que aseguraban la posición de las subestaciones sobre los SPMT durante el transporte. Uno de estos bastidores acompañó a la subestación de Dogger Bank A desde Tailandia a Noruega y se reutilizó en el load-in y load-out de esa subestación, así como en las operaciones equivalentes de Dogger Bank B y C.

De Tailandia a Noruega: 45–50 días por viaje

En Tailandia, las subestaciones tuvieron que recorrer aproximadamente 1 km por vía pública para llegar al puerto. Fue necesario retirar vallas y construir una rampa provisional de grava para que los SPMT evitaran el acceso principal.

Ya en la terminal, los módulos se movieron con SPMT hasta un buque de carga pesada mediante rampas RoRo. Una vez posicionadas sobre el barco, los SPMT bajaron la carga sobre las estructuras de apoyo del buque, retirándose después junto con las vigas de interfaz y el bastidor de carga.

Cada subestación tardó entre 45 y 50 días en completar el trayecto desde Tailandia hasta Noruega. Como la capacidad portante del terreno en Noruega era mayor, para la operación de descarga (load-in) bastaron 264 líneas de ejes de SPMT.

Tras el desembarco, las subestaciones se trasladaron al astillero de Aibel, cerca del muelle, donde se colocaron sobre apoyos temporales para finalizar los trabajos de fabricación.

Una vez completadas, se llevó a cabo una operación de pesado con 36 gatos de pesaje y celdas de carga. El proceso se repitió tres veces por subestación para obtener un valor medio fiable y determinar el peso final y la posición exacta del centro de gravedad.

En la carga final hacia el mar del Norte se utilizaron 344 líneas de ejes de SPMT para asumir el peso adicional asociado a todo el equipamiento eléctrico instalado.

Mammoet también se encargó del lastrado de la barcaza. Se emplearon 16 bombas de lastre sumergibles, cada una con una capacidad de 1.000 m³/h, para introducir o extraer agua y mantener la embarcación nivelada durante la transferencia de carga.

Flota y flexibilidad al servicio del proyecto

Repetir la operación tres veces a lo largo de tres años permitió acumular experiencia y aplicar mejoras en cada fase. Gracias a ello, el equipo logró reducir en un día el tiempo necesario para el load-out de la última subestación, Dogger Bank C, en Tailandia.

“Una de las cosas que Mammoet hace especialmente bien es ser flexible”, explica Dorien Frequin, Branch Manager de Mammoet en Noruega. “Ayudamos a nuestros clientes cuando se producen pequeños cambios en sus planes, y nuestros equipos colaboran para adaptarse a ellos.

Nuestro departamento de ingeniería trabaja mano a mano con los jefes de proyecto, que a su vez coordinan con el equipo de planificación la disponibilidad del equipo necesario, y todo eso puede suceder en plazos muy cortos”.

Desde la movilización de cientos de líneas de ejes de SPMT en distintas partes del mundo hasta la coordinación detallada con Aibel para perfeccionar las tres fases de ejecución, la combinación de planificación meticulosa y comunicación eficaz ha sido clave para el éxito de estas complejas operaciones de transporte de subestaciones para Dogger Bank.

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