La serpiente Taipán
Termino este editorial en Tailandia, donde hemos visitado un templo lleno de serpientes. Nos decía el guía que no nos preocuparemos por ellas, que no eran tan venenosas como la serpiente taipán, una serpiente que parece inofensiva, pero que con una mordedura puede matar hasta 125 personas o 253,000 ratas, pero que esa serpiente era de Australia. No he podido más que corregirle y decirle que esa serpiente no es australiana sino española y se llama Pedro Sánchez, un tipejo implacable que mordería a cualquiera que se acerque para quitarle el poder.
Que Sánchez vendería a su propia madre para estar en el poder no es ningún secreto, pero definitivamente, este señor ha perdido el norte.
Le trae al pairo España, los españoles y si la economía se va al carajo, si las inversiones extranjeras se retiran, o si las empresas cambian su sede fiscal, o si no la cambian.
No llego a entender que alguien en su sano juicio vote a este señor o a sus amiguitos los ultras de izquierda.
Mientras el presidente en funciones se lo pasa en grande riéndose de todos nosotros, porque su hoja de ruta la tiene clara y le da igual ocho que ochenta, tenemos que escuchar memeces de todo su ejecutivo, que no tienen otro objetivo que hacer que los españoles nos enfrentemos, y ellos se rían mientras ven a la gente preocupada.
Han conseguido que haya una crispación social que antes no se nos hubiese pasado por la cabeza.
Mas vale que nos hagamos a la idea de que hay cosas que se pueden cambiar y cosas que no, y a Sánchez y sus ideas brillantes los vamos a tener por una larga temporada, visto lo visto. A mí me sale espuma por la boca solo de pensarlo.
A esos que depositaron su voto para este indeseable, decirles que además de cargar ese peso sobre sus espaldas, deberían ser penalizados, como mínimo, con más impuestos, no es justo para el resto de las personas normales.
Si las empresas son el motor de la economía de un país, deberían tener el suficiente poder para sentarse en el gobierno y tomar decisiones certeras en pro de un país en crecimiento. Es injusto tener a unos kamikazes que se miran el ombligo y sólo miran por su interés. Unos suicidas cortoplacistas que están quebrando una sociedad que aunque nunca estuvo muy unida, sí que miraba hacia el futuro con el mismo objetivo.
Sánchez se ha convertido en un muñeco, es un pelele, en un “sí quiero” a todo. Se han endiosado, y se creen que pueden manejar todo a su antojo.
. Habrá salido victorioso según sus cálculos, pero a todo cerdo le llega su San Martín, y San Martín en el calendario llega todos los años. Sin duda. Hay que tener paciencia.
Independientemente de lo que votes, ha quedado patente que Sánchez solo mira por su propio interés y que ya no se trata de ser de izquierdas ni de derechas, sino de ser prácticos y objetivos, y todas las maniobras que han realizado estos rojos y púrpuras van destinadas no a ayudas sociales ni ventajas fiscales, sino a perpetuarse en el poder, a sangrar al empresario, al emprendedor, al autónomo que quiere sacar su negocio adelante , e incluso al ciudadano, es decir, a todo el que quiera prosperar en la vida, porque ese es su problema. Los que quieren avanzar no le sirven a su propósito, sólo les valen los borregos que se creen sus mentiras, su demagogia y su vida inventada de mejora. Nos tratan como si fuéramos retrasados mentales, intentándonos vender que todo lo que hacen, lo hacen por nuestro bien. Señores, aquí nos jugamos la viabilidad económica, y no queda otra que conseguirlo con estos mamarrachos en el gobierno.
No hay otra opción que seguir trabajando. Estamos en un sector donde el alquiler sigue en auge, las empresas hacen planes de futuro y realizan proyectos a largo plazo para superarse día a día.
He estado en el último mes en 4 mesas redondas, todas centradas en la falta de talento que sufre el sector. No tenemos un problema, tenemos un problemón.
Faltan mecánicos, faltan comerciales, y lo que es más triste, faltan profesores para formación profesional.
Sigamos trabajando para que la economía no se vea dañada, para avanzar, mejorar y prosperar. Sigamos trabajando para que ningún político nos tome el pelo como lo hace este individuo. Trabajemos para que al echar la vista atrás, veamos con orgullo que nunca nos rendimos.
FUERZA Y HONOR
