La vida es FUERZA y la vida es HONOR
Leía un artículo de lo importante que es el “Wellbeing corporativo”, maravillosa palabra que se han sacado de la manga para definir el bienestar emocional de los trabajadores.
Os digo yo que a este paso tenemos que pedir por favor a los trabajadores que vayan a trabajar si no les molesta mucho, si no les incomoda, si no tienen la regla o si no tienen almorranas.
Obviamente estoy de acuerdo que una persona que está a gusto en su empresa rinde más, pero el problema es que quieren sacar problemas donde no los hay. Ahora todo son derechos por encima de las obligaciones.
Un jefe sabe cuándo cada persona de su equipo puede dar más de sí o no, hasta dónde puede llegar y si con las armas que le dé podrá llegar más lejos o no. Muchos empresarios se están volcando en dar a sus empleados cursos, recursos y activos para superarse y cumplir los objetivos. Pero hay que reconocer que hay gente que ni aunque le des la fórmula de la Coca Cola sabría qué hacer con ella. Así que ahí está la experiencia del empresario para saber mover las fichas del tablero de manera inteligente.
Esto de ser empresario cada vez tiene más mérito. Ahora tienes que decir cuánto gana cada uno para que no se sientan inferiores ni despreciados ni surja la desigualdad entre personas. Pero perdona, como me decía un amigo el otro día, si un mecánico es mucho mejor que otro y saca mucho más trabajo, es de sentido común que gane más que otro que va a cubrir el expediente y se va a casa sin saber si la máquina que ha dejado a medias era de tijera o telescópica.
En realidad, lo que pretenden los izquierdosos, esos que son capitalistas de bolsillo pero nunca de corazón (porque va contra sus principios), es crear cuanta más crispación mejor dentro de la empresa. Quieren poner palos en las ruedas de los empresarios. Pero tengo una mala noticia para ellos, nunca podrán.
El profesor de economía de mi hija me explicaba ojiplático que con la nueva ley de educación, la asignatura de economía no incluirá palabras como: emprendedor, empresario o beneficio. Ojo, que si no fuese verdad sería para reírse, pero lo lamentable es que estos inhábiles de socialcomunistas lo que pretenden desde que entraron a gobernar es demonizar al empresario y que los trabajadores le tengan tirria por el mero hecho de darles trabajo.
Señores, la vida no va de hombres o de mujeres, como nos quieren hacer creer estos titiriteros. Tampoco todos somos iguales, esa es la belleza de la vida. La buena noticia es que el comunismo que nos ha tocado vivir no será eterno. Se trata de que la meritocracia guíe los pasos empresariales y personales, porque sino, se te llenará la empresa de ineptos que de lo único que se preocuparán es de recibir a fin de mes un sueldo, pero nunca tendrán una idea brillante ni mirarán por el bien de la empresa.
Conozco muchos empresarios que cuidan a su equipo por encima de todo, pero también les exigen y les ponen objetivos, KPIs y metas que deben superar para seguir creciendo a nivel empresarial. ¿Eso es que les están explotando? Al contrario, se llama superación y exigencia.
Ya está bien de que nos vendan que la mediocridad gana batallas, porque no es así.
En Andalucía, con las elecciones, se ha demostrado que la gente se empieza a preocupar más de su futuro que de su ideal político, que les falló hace tiempo. Por fin la derecha gobierna con mayoría absoluta, y por fin se comenzará de verdad a generar riqueza. Empieza la reconquista.
Me sorprende y me entristece ver cómo en Latinoamérica los populismos le están ganando la batalla al progreso, y están cometiendo el error de confiar en comunistas populistas que lo único que hacen es llevar al país a un mayor endeudamiento.
Por aquí, parece que parte de la sociedad española haya perdido las ganas de mejorar. La palabra ambición ahora es totalitaria según los rojillos. Los jóvenes que comienzan su vida laboral deben saber que la vida es esfuerzo, sacrificio y dolor, sí señores, dolor, porque hay veces que te roban una máquina, una obra o personal, y eso te duele en el alma, pero te recuperas y sigues, porque esas heridas son las que forjan tu experiencia. Y sin duda, el trabajo también es disfrutar, progresar, y sobre todo, ver los logros y los sueños cumplidos. El secreto es saber invertir en felicidad, y no todo el mundo sabe hacerlo. Aquellos que lo conseguimos, se nos nota en la cara. Asegúrate de caminar al lado de gente que sepa dónde invertir.
La vida es FUERZA y la vida es HONOR.
