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Abr 2020 Editorial

REVISTA MOVICARGA – ABRIL 2020

HOY MÁS QUE NUNCA, FUERZA Y HONOR

A nadie le han preparado para lo que estamos viviendo actualmente, no hay manuales, no hay másters, no hay hoja de ruta ni hay expertos que se atrevan a predecir que es lo que pasará.
Estamos en guerra y sabemos que tiene fecha de caducidad, pero nadie sabe marcarla en el calendario. De esta saldremos, lo podéis tener claro, las heridas cicatrizarán, pero algo habrá cambiado dentro de nosotros.

Nos ha tocado vivir la peor crisis que se recuerda, con el gobierno más incompetente y más inútil que podía tocarnos en gracia (aunque os recuerdo que no nos ha tocado sino que muchos fueron los que depositaron su voto a esta calaña que nos gobierna y que nos está llevando a la ruina).

Aquí hay unas responsabilidades que no pueden quedar impunes. Los gobernantes, cuya negligencia está haciendo que hasta los sanitarios caigan enfermos, tendrían que entonar el mea culpa y tener la suficiente humildad para reconocer que este problema se les ha quedado grande y que es hora de dar el testigo a un comité de crisis con gente competente, que tome decisiones a tiempo y que no le tiemble la mano al sentar las bases de la recuperación.

Sánchez es como el corredor que sale en la carrera de obstáculos y ya desde la primera valla va renqueando y comiéndose todas las vallas, no consigue adelantar, apenas terminar, llega tarde y mal.
Desde el primer momento ha habido un cúmulo de despropósitos y de incompetencia que ha derivado en la pérdida de muchas vidas y mucho sufrimiento que se podía haber evitado en gran medida.

Se ha visto que el resto de gobernantes tampoco son muy lumbreras. Nosotros no fuimos capaces de reaccionar ante los errores de Italia, pero el resto de europeos tampoco han sido lo suficiente inteligentes de aprender de nuestros errores. Ese nivel de soberbia en el ADN del político, le
impide aprender de lo que le rodea. Muchos gobernantes están infectados, no sólo del virus, sino de un endiosamiento que espero les lleve a la ruina.

Sabiendo que ponía a miles de españoles en peligro de muerte, porque así ha sido, el Gobierno, con el Sr. Sánchez a la cabeza, permitió una manifestación que ha sido el catalizador de muchos contagios posteriores. Se ha demostrado que tenía suficiente información para saber que tales acciones llevarían a la debacle que vivimos actualmente, con la sanidad y la economía contra las cuerdas, con miles de médicos y sanitarios infectados por falta de previsión de este gobierno, y con miles de empresas ahogadas por la falta de medidas económicas.

Pero pudo su ansia de poder, pudo ese populismo mal entendido, pudo la soberbia. Pudo la altanería de este señor presidente. Le pudo su sumisión al comunismo, le pudo su arrogancia y le pudo su altanería.

A los españoles se nos ha pedido a la mayoría quedarnos en casa. Veo con vergüenza como algunos se lo quieren saltar por el artículo 33, una gente que luego se lamentará porque no le puede atender la sanidad española. Esa gente debería pensar lo afortunados que son de no estar postrados en un hospital. Seamos por una vez coherentes con la situación, llámalo solidaridad, sentido cívico o llámalo “el siguiente en la morgue puedes ser tú imbécil”. Que ironía que los gobernantes no hayan sido capaces de guardar la cuarentena, demostrémosles que somos mejores que ellos.

Es una batalla que ganaremos, pero lamentando muchas bajas, es una batalla a la que la primera linea de ataque acude sin pensar, sin dudar, con el corazón pero sin cota de malla, con las ganas pero sin medios que les protejan, acuden al campo de batalla a pecho descubierto y las flechas enemigas de es este virus mortal les están alcanzando de manera demoledora.

Están cayendo sanitarios, médicos, transportistas, operarios, empleados de supermercados, farmacéuticos, fuerzas del Estado y ese Ejército español tan denostado por este gobierno, un Ejército que cumple con su deber, que no ha dudado en acudir a la herida para parar la hemorragia. Están cayendo cada día todas esas personas que hacen frente a este maldito virus sin la protección adecuada, por culpa de este gobierno que no ha sido capaz de estar a la altura de las circunstancias y haber pedido equipos de protección y pruebas diagnósticas desde el primer momento. No me sirve que salgan ahora diciendo que harán, o que están en ello. Su ineptitud es el sepulcro de muchos sueños.

Es su obligación dar liquidez a pymes y autónomos.
Es su obligación no dejar morir el tejido empresarial español.
Es su obligación no permitir que mueran más españoles por su incompetencia.

Gracias a este señor, hay amigos que no se pueden despedir de sus familiares, hay amigos que lloran la pérdida desde sus ventanas, hay amigos que le ha faltado el aire en los pulmones, ¿quién es este mequetrefe para permitir que le falte el aire a los españoles?

Por qué no se va Sr. Sánchez y deja paso a alguien que realmente se preocupe por este país y no esté centrado en su imagen y en su arrogante persona.

Por qué no se va Sr. Sánchez y primero pide perdón por el daño que ha hecho a tantas y tantas familias, a las que se les ha robado el último adiós a sus seres queridos.

Por qué no se va Sr. Sánchez y deja que los españoles ganemos esta batalla sin usted, un proyecto de líder que no tiene ni la decencia de dimitir ni hacer dimitir a los incompetentes que le rodean. Usted que sigue en su poltrona aferrado al poder, hagamos un favor y dimita.

Los empresarios españoles ahora más que nunca tienen que hacer ingeniería empresarial para soportar estos dos meses y pico de confinamiento y parada. En este tiempo más que nunca, ser un líder fuerte hará que tu gente esté orgullosa de tí y sepa que les vas a sacar de ésta. Mantén la calma, se fuerte. Se audaz y transmite ilusión a tu equipo, al que muchas veces le fallarán las fuerzas, pero al que nunca debes dejar tirado. Se esa persona de la que sentirte orgulloso cuando eches la vista atrás dentro de unos meses. Demuestra fortaleza aunque las fuerzas te fallen, demuestra valentía aunque el miedo a veces te pare, demuestra entereza aunque la duda te aceche, porque tú estás al frente de muchos corazones que laten y que dependen de ti para seguir latiendo.

Me quedo con la fortaleza que está demostrando mi querida amiga Inés, enfermera y que cada día se juega la vida sin esa protección que todavía no llega y que acompaña al ocaso a muchos de sus pacientes, dándoles la mano para que no sientan que caminan solos hacia el final de esta dura contienda. Ella al igual que todos sus compañeros y todos los que luchan en esta batalla, GRACIAS, vuestra es la dicha.

Hoy más que nunca, FUERZA y HONOR

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