Liebherr prevé invertir unos 40 millones de euros entre 2023 y 2024 en la fábrica de grúas torre, ubicada en Pamplona, para ampliar las instalaciones y su actividad. La planta cuenta en la actualidad con 350 empleados, de los cuales 100 se han incorporado en el año 2022.
Son 15 ingenieros los que Liebherr quiere contratar de manera inmediata, aunque la idea es incorporando paulatinamente personal a lo largo de este ejercicio. Su objetivo es contratar ingenieros de todas las titulaciones: telecos, electrónicos, industriales, etc. para su oficina técnica para desempeñar funciones de electrónica, programación, diseño, cálculo, documentación técnica, ensayo de productos… Es preferible que los candidatos aporten experiencia, pero no es imprescindible, según explicaron los directores generales de la fábrica de grúas torre de Liebherr Industrias Metálicas en Pamplona, Helmut Döllerer y Gabriel Iturralde. Los interesados pueden enviar directamente su currículum al departamento de recursos humanos de la empresa o a través de los diferentes anuncios en internet o de la empresa de selección.
La empresa, que trabaja en tres turnos, (24 horas al día), de lunes a viernes, ha ido incorporado durante el año 2022 un total de 100 empleados, hasta conformar una plantilla de 350 trabajadores. En este caso, han sido principalmente operarios con formación técnica: soldadores, electricistas, montadores, pintores…
Entre las razones de esta necesidad de personal figura un cambio de estrategia del grupo que ha decidido centralizar en Pamplona los servicios de la oficina técnica de la división de grúas torre, una de las nueve con las que cuenta el grupo suizo. Las grúas torre se fabrican en tres plantas: una en Alemania (en Biberach), otra en India (en Pune) y la tercera, la única de España, en Pamplona. Con este proyecto, los servicios de ingeniería van a centralizarse en esta última fábrica, lo que asegura la estabilidad y permanencia de la actividad. Asimismo y como parte de esta nueva estrategia, la gestión comercial y de servicio postventa queda integrada en la estructura organizativa de Liebherr Ibérica.
“Es importante para nosotros porque la fabricación de un producto puede trasladarse de ubicación, pero las cabezas humanas no puedes llevarlas a otro sitio. Cuanta más responsabilidad asumes, más difícil es la deslocalización”, explican los directivos.
“Vamos a desarrollar desde aquí un producto nuevo para el sector de la energía eólica”, explican como una de las razones para la necesidad del aumento de personal. Todavía no hay plazos fijos, pero los directivos calculan que no estará en el mercado antes de cuatro años.
Liebherr Industrias Metálicas, tiene en proyecto más planes, y estos pasan por la especialización en la fabricación de un solo tipo de grúa, la automontable (se pliega y recoge sobre sí misma). Hasta ahora, la fábrica navarra y la alemana compartían la fabricación de esta grúa con la conocida como torre (puede montarse en el sitio). Este trasvase de productos se irá desarrollando de manera secuenciada a lo largo de los próximos 3/4 años, lo que supondrá un aumento en el número de grúas fabricadas y una exigencia de ampliación de instalaciones, todavía por determinar. La fábrica tiene sitio suficiente ya que cuenta con 175.000 metros cuadrados de terreno, de los que están construidos 28.000. Este proyecto va a requerir una inversión de unos 40 millones de euros entre 2023 y 2024. Así Pamplona se especializará en un solo producto.
Todos estos planes se van a reflejar en la facturación. El crecimiento ha sido progresivo en estos últimos años y las ventas han pasado de 68 millones de euros en 2020 a los 106 millones de 2022. Para 2023 la previsión es ingresar 125 millones previstos. Döllerer e Iturralde señalan que el crecimiento que se producirá por la ampliación de la oficina técnica, el desarrollo de un nuevo producto y la especialización en la fabricación supondrá duplicar la facturación en 2030, cuando está previsto que sume 250 millones de euros.
100% DE EXPORTACIÓN
En cuanto al crecimiento experimentado en los últimos años solo tiene una explicación: la exportación. Prácticamente el 100% de las grúas que se fabrican, que superarán las 700 en este ejercicio, se venden en países del centro de Europa.
“En estos países no ha habido crisis de la construcción y ha habido que ‘poner tejado’ para todas las personas que han ido llegando de fuera”, explican. Es decir, ha sido la inmigración en el centro de Europa lo que ha llevado a que la construcción no parara y, por lo tanto, al aumento del negocio de Liebherr. “Si no se ha construido más, ha sido por falta de personal”, añaden. Respecto a España, “la construcción se está recuperando, pero no tanto como para vender grúas nuevas, ya que se utilizan las que ya estaban funcionando”, comentan.
A pesar de ser una empresa tan ligada a un sector que ha vivido crisis como la de 2008 (la facturación pasó de 118 millones de euros en 2007 a los 34 en 2010), en ningún momento han aprobado EREs y solo aplicaron un ERTE de dos semanas durante la pandemia.
“Tenemos la suerte de pertenecer a un grupo y cuando la construcción cayó aquí, nosotros nos dedicamos a fabricar componentes para las otras empresas de la compañía”, explican los directores generales.