El estudio que está llevando a cabo la ESTA ha puesto de manifiesto la gran preocupación que existe en los sectores del transporte pesado y de la elevación por los fallos de funcionamiento de los motores que se cree que están provocados por los aditivos del AdBlue.
La ESTA ha instado a sus miembros a que envíen información sobre los problemas relacionados con el uso del AdBlue en grúas móviles y SPMT, después de que se plantearan preocupaciones en una reunión celebrada en verano entre los miembros de la asociación y los representantes de los fabricantes de grúas a través de la FEM, la Federación Europea de Manipulación de Materiales.
Las empresas de alquiler de grúas llevan muchos meses informando de problemas de manera informal y algunas calculan que un tercio de todas las averías en carretera están relacionadas con el AdBlue.
Como resultado, la ESTA decidió intentar identificar la magnitud y la naturaleza precisas del problema.
En el momento de redactar este artículo, 55 empresas habían respondido a la ESTA de diez países diferentes, siendo las más numerosas las procedentes del Reino Unido, los Países Bajos y Francia.
Informaron de problemas con grúas móviles y sobre orugas, camiones y SPMT. El incidente más habitual fue una avería en la vía pública y casi la mitad de los encuestados afirmaron que, como consecuencia de ello, se había puesto en peligro la seguridad.
Un pequeño número de empresas informó de interrupciones peligrosas en los trabajos de carga y descarga de turbinas eólicas y puertos.
Aún más preocupante, muchas de las empresas dijeron que habían experimentado múltiples incidentes en los últimos dos años y tres sufrieron más de 20 en ese tiempo.
AdBlue es una mezcla de agua y urea que se utiliza en los motores diésel para minimizar la producción de emisiones de óxido de nitrógeno (NOx). Reacciona con el NOx en el convertidor catalítico, descomponiéndolo en nitrógeno y vapor de agua en un proceso conocido como reducción catalítica selectiva (SCR).
Una preocupación clave es que si el sistema AdBlue funciona mal, tal vez porque el motor está demasiado frío, el motor de la grúa puede perder potencia y, finalmente, apagarse, con consecuencias potencialmente peligrosas.
El director de ESTA, Ton Klijn, dijo: “Seguiremos recopilando información y consultaremos con los miembros del grupo de trabajo conjunto de ESTA y FEM sobre regulaciones europeas que primero planteó el problema, y luego decidiremos los próximos pasos.
“Lo que ya está claro, sin embargo, es que se trata de un problema grave, con importantes implicaciones para la seguridad, y que debe abordarse con urgencia”.
Una solución podría ser que los fabricantes de motores desarrollaran algún tipo de “control remoto” que permitiera que el motor siguiera funcionando durante un período limitado a pesar del mal funcionamiento del sistema AdBlue.
Pero, según se informa, los fabricantes de motores se muestran reacios a invertir en el rediseño de motores diésel en un momento en que su énfasis comercial está puesto en el desarrollo de sistemas de propulsión eléctricos.
ESTA, la Asociación Europea de Transportes Especiales por Carretera y Grúas Móviles, se fundó en 1976. Tiene más de 100 miembros en 25 países.
