Investigar, racionalizar y ahorrar costes, los pilares del futuro de las infraestructuras.
Llegar a todos los recovecos a lo alto y ancho del país, o incluso del mundo, es la principal tarea de las telecomunicaciones y el transporte. Y para posibilitar estas dos ramas, que nos permiten llegar a miles de kilómetros de distancia, ya sea a través de cables o frecuencias o de carreteras, puertos y aeropuertos, hay una cuestión central clave: las infraestructuras, en las que la sostenibilidad es ya prácticamente de obligado cumplimiento. Estas han sido las protagonistas de un debate celebrado este jueves 3 de octubre en el seno del Il Foro EXPANSIÓN GreenWorld & Sustainability.
El debate lo protagonizaron varias cuestiones, como la importancia de la investigación, para llegar a infraestructuras más eficientes y sostenibles; la racionalización, para evitar duplicidades y no disparar las emisiones; y el ahorro de costes, ya que la cuestión económica, no es un obstáculo, sino un acicate: lejos de lo que se pueda pensar, apostar por la sostenibilidad en infraestructuras supone reducir costes. Todo ello, dentro de un marco europeo que anima a invertir en investigación y en transición energética.
Pedro Fernández Alén, presidente de CNC y de la Comisión de Infraestructuras de la CEOE, comenzó centrando el tiro al enumerar los retos para el sector, ya que destacó que, aunque España es “líder mundial” en infraestructuras gracias al músculo empresarial, hay camino que recorrer. Aseguró que pese a la posición de liderazgo hay un “déficit de infraestructuras”, una situación de escasez que se podría solventar con ayuda del impulso del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, puesto que “con un pequeño esfuerzo presupuestario habría una calidad de vida mayor”. También apuntó que el incremento de costes deja en una situación de “incertidumbre” a las empresas, criticó el abuso de las administraciones de “medios propios” en lugar de recurrir a la empresa privada, señaló como una preocupación la caída en el número de licitadores y finalmente advirtió del problema de la “falta de mano de obra”. Pidió hacer frente a todos estos retos porque, según defendió, la construcción “es el sector capaz de transformar España”.
Mientras, Alicia Fernández del Viso, Global ESG Directora de Cellnex, puso sobre la mesa la cuestión de la racionalización de las infraestructuras así como el poder de la investigación. Respecto a la primera cuestión, instó a “no construir porque sí”, es decir, evitar duplicidades innecesarias en el caso de las telecomunicaciones, ya que compartir infraestructuras revierte en que estas sean de “mucha más calidad”, evitando así un impacto medioambiental negativo y molestias a los ciudadanos, que en muchas ocasiones son inevitables cuando, por ejemplo, el impulso del teletrabajo hace necesario el despliegue de una red de telecomunicaciones llegue a todas las partes de la geografía. De ahí que pusiera en valor “trabajar con las comunidades locales para que entiendan los beneficios de las infraestructuras, porque son una incomodidad pero dan un beneficio que hay que visibilizar, como poder trabajar en remoto”.
En la importancia de la investigación también hizo hincapié Georgina Flamme, directora de Relaciones Institucionales, Comunicación y Sostenibilidad de Abertis. Flamme puso ejemplos de cómo la innovación permite la creación de pavimentos más sostenibles, utilizando plásticos en la mezcla, el reciclaje del asfaltado o la evolución de las baterías eléctricas para hacer del transporte, uno de los sectores con una alta carga de emisiones, algo mucho más sostenibles: “Avanzamos en ese plan de innovación”. Todo ello, dentro del “marco europeo” que empuja a empresas y países a ser más verdes. “La adaptación de las infraestructuras al cambio climático puede contribuir a mitigar sus efectos”, confirmó.
Durante su turno de palabra, Valentín Alfaya Arias, director de Sostenibilidad de Ferrovial dedicó una atención especial a la cuestión económica para alejar las falsas creencias de que existe una dicotomía y hay que elegir, inevitablemente, entre transición energética y ahorro. “Estamos acostumbrados a asociar estas cosas con el coste, pero lo cierto es que las inversiones que hacemos son muy eficientes económicamente”, certificó Alfaya. En ese sentido, Alfaya aplaudió el “gran cambio en los últimos cinco o seis años: hasta hace poco financieros y medioambientalistas iban por lados distintos, esta conjunción entre medioambiente y finanzas se ha producido recientemente pero está avanzando a grandes velocidades”. Flamme confirmó el buen entendimiento entre economía y transición limpia: “Tenemos cuantificado que arroja unos ahorros muy potentes. Interesa invertir en la descarbonización, ganamos todos porque es un ahorro”.
Colaboración público-privada
De esta forma, parece que todos los astros se juntan: hay razones económicas, ambientales y sociales que animan a la sostenibilidad en las infraestructuras, pero ni empresas ni administraciones pueden avanzar de forma independiente hasta este mismo fin, sino que se tienen que unir. De ahí que Fernández incidiera en “fomentar la colaboración público-privada”. Alfaya se mostró de acuerdo y aseguró que las compañías del sector privado “tienen más capacidad de hacer las cosas, tienen talento, recursos humanos… ¿Por qué no aprovechar esos activos para hacer cosas conjuntas con la administración?”.
FUENTE: EXPANSION