La grúa sobre orugas PALFINGER PCC 57.002 se maniobra bien en espacios limitados, puede moverse (o “caminar”) sobre sus estabilizadores y puede funcionar eléctricamente.
Es perfecta para trabajos en interiores, como la eliminación de escaleras mecánicas.
Maniobrar la grúa sobre orugas PALFINGER PCC 57.002 a través de la entrada principal de una tienda de muebles austríaca fue un trabajo delicado. Gracias a sus dimensiones compactas (solo 1,9 m de ancho por 2,1 m de alto) y gran precisión con el control remoto PALcom P7, la grúa sobre orugas se movió fácilmente a través del área de entrada de 2,2 m de altura. Una vez dentro, la grúa se desplegó a su tamaño completo, como un transformador. Su misión: la eliminación de dos escaleras mecánicas.
Alto rendimiento en los puntos más estrechos
La PCC 57.002 es ideal para usar en espacios muy restringidos. Su grúa se puede operar y controlar independientemente de su chasis de orugas. La grúa sobre orugas también puede “cambiar” en sus propios estabilizadores, lo que le permite moverse por pasillos bajos, y siempre estar óptimamente equilibrada y estabilizada.
Menos restricciones
Todas estas características significaron que la PCC 57.002 era la elección perfecta. Sin esta grúa, las dos escaleras mecánicas se habrían cortado, un proceso ruidoso, polvoriento y lento que habría restringido las horas de apertura. “Especialmente en la construcción de edificios, te enfrentas constantemente a nuevos desafíos donde alcanzas tus límites y tienes que desarrollar conceptos y soluciones completamente nuevos para lograr tus objetivos”, dice el técnico de construcción de STRABAG, Michael Eisshofer.
Eléctrico y sin emisiones
Una vez dentro de la tienda, la unidad pasó del modo diesel al eléctrico y se realizó la maniobra de inmediato. Gracias a los alcances de la grúa de doce y siete metros, ambas escaleras mecánicas, cada una con un peso de cinco toneladas métricas, fueron retiradas sin esfuerzo. “Optamos por la grúa sobre orugas PALFINGER porque solo se podía acceder al edificio a través de una puerta muy estrecha, por lo que era la única solución”, dice Eisshofer.