SOY MÁS FUERTE QUE LAS EXCUSAS
Cuando llega enero muchas personas se hacen promesas a sí mismos de las mejoras que quieren que traiga el 2025.
Me hace gracia que las personas hacen una lista, pidiendo lo humano y lo divino, y no cambian un ápice de su actitud o hábitos. Como si por intercesión divina esos propósitos fuesen a llegar a tu casa a llamar a la puerta y te cambiasen de repente.
Las personas que quieren mejorar en cualquier ámbito de la vida, tienen que ser conscientes de que eso requiere un esfuerzo extra.
Si quieres mejorar en el trabajo, primero tienes que tener una chispa de ambición e ir a por ello. En este país de tibios en que nos estamos convirtiendo, parece que ser ambicioso es mentar al demonio. Todo en su justa medida es bueno. No te digo que pises al de al lado, que machaques a los que te rodean, ni que hagas daño a nadie, pero sí un poco de vidilla, una mejora continua.
La ambición te permite marcarte unas metas, un objetivo. Es el principio de un camino que te llevará a mejorar, a tener éxito, a sentirte orgulloso de ti mismo.
Los desafíos en la vida son maravillosos. Superarte a ti mismo, superar tus habilidades, adquirir nuevos conocimientos y superar tus límites es algo que irás incorporando a tu mochila personal que te acompañará toda la vida.
Vivimos en un país de borregos, en un país de gente anestesiada porque a los políticos como Sánchez les interesa. Nuestro querido Presidente, está campando a sus anchas sin que le tiemble el pulso y obligando a que la política supere al poder judicial y nadie se inmuta ya. El sinvergüenza de Sánchez tiene un rebaño de ovejas, de las que se ríe y sacrifica según le venga en gana. Ese tipo de sociedad no ayuda para que la gente joven quiera ser mejor cada día. Nos venden el conformismo y el mal entendido bienestar social, porque les conviene.
De eso no tiene la culpa Sánchez, la tiene la familia que no ha sabido inculcar valores fundamentales y el saber discernir entre el bien y el mal. Mis hijas lo tienen claro, a los rojos, ni agua. Y punto. Llamadme radical, yo lo veo más como una educación con valores. Unos valores que hay que tatuar en los corazones de los que te rodean: amor, gratitud, empatía, humildad, honestidad, respeto, el perdón, el sentido de la justicia, y la fé. Sí, la fé, porque aunque para nosotros el año pasado fue una mierda, cada día doy gracias a mis padres por haberme enseñado a tener fé. A no rendirme venga lo que venga. A creer en Dios y que no me dé vergüenza reconocerlo, Esa es otra, parece que hay que pedir perdón ahora por creer en Dios. Pues no, yo estoy feliz de hacerlo.
Seguimos. En este país, hay que diferenciarse. Si no destacas, eres uno más, otra oveja Dolly. Esa motivación que te ayudará a cumplir proyectos importantes, a liderar iniciativas o a mostrar tu compromiso con la excelencia, no la tiene todo el mundo, y menos en este momento. Aprovecha el momento. Sé más fuerte que las excusas.
El querer mejorar te hace que un tropiezo sea un mero obstáculo, no un problemón que te hace darte de baja por depresión.
Ojo, no estoy diciendo nada en contra de la gente que tiene depresión, porque es un tema muy, muy serio. Lo que me he dado cuenta hablando con un montón de empresarios es que, entre la baja paternal, las bajas por depresión, y las bajas por asuntos familiares, la empresa es el sitio que menos pisan algunos trabajadores en todo el año. No puede ser.
Si estás en modo “mejora”, siempre estás buscando nuevas ideas, nuevos caminos, hacer las cosas de manera más efectiva y encontrar soluciones que te aporten valor tanto a ti como a la empresa.
Si demuestras que tienes ganas de crecer, te considerarán más, tendrás más oportunidades.
Cuando trabajes con un propósito, estarás más feliz.
Cuantas veces escuchamos eso de: “tengo al equipo desmotivado”. Si cada uno a nivel personal tuviese esa chispa, eso se contagiaría y mejoraría la motivación general.
Sé que es complicado llevar tu trabajo diario y además abrir la casilla de “nuevos retos”, pero estoy segura que si te lo propones de verdad, esa satisfacción que te dará lograr tus metas, será recompensa suficiente.
Estamos en enero. Implementar las mejoras en la empresa que sean necesarias. Subir los precios. Si no lo habéis hecho, mal. Porque las máquinas, os recuerdo que siguen subiendo de precio. Y los fabricantes tienen la mala manía de cobrar.
No seas un flojo. Sé más fuerte que las excusas. Espabila.
FUERZA Y HONOR
