Europa está sufriendo una notable falta de stock de productos de la construcción y materias primas que dificulta el cumplimiento de los plazos
La falta de producto y la inestabilidad en los plazos ha provocado un aumento considerable de los costes, que implica la necesidad de una renegociación de los contratos por parte de todos los agentes del sector.
El sector de la construcción ha sido uno de los que, con el estallido de la pandemia COVID-19, por lo general no se ha visto obligado a reducir significativamente su actividad. Sin embargo, es ahora, cuando se están experimentando las consecuencias de la contracción ocurrida durante los meses de mayor incidencia de la enfermedad.
Actualmente se está dando una escasez de productos de construcción y de materias primas que afecta especialmente a Europa y que está generando una serie de consecuencias que, desde GREMIOS, consideramos alarmantes.
Esta escasez es el resultado de una conjunción de factores. Aunque la construcción se paró poco con la pandemia, se generó una contracción que provocó que la cadena de suministro, como fruto de la incertidumbre, limitase su stock y quedase pendiente de la evolución de la situación.
Es muy difícil de explicar la tormenta perfecta que ha llevado a la situación actual, puesto que incluye a toda la cadena de suministro relacionada con los productos, las materias primas, el transporte, e incluso el incremento de demanda de los países asiáticos.
Hablando de Europa, un continente enormemente dependiente de materias primas del exterior, se traduce en un problema grave de stock que desemboca en una considerable volatilidad de los plazos. Sin materia y sin producto, la dificultad a la hora de suministrar al mercado es cada vez mayor.
Todo ello combinado se traduce en un aumento en los costes en cada uno de los pasos del proceso. Un aumento al que, en el caso de España, hay que sumar al altísimo coste de la energía (que en estos momentos se sitúa en niveles de récord absoluto) y afecta de forma directa a los procesos de fabricación.
Siguiendo los pasos de asociaciones nacionales y europeas, desde GREMIOS encontramos necesario alertar de la inestabilidad generada en el mercado, y que previsiblemente seguirá siendo una constante los próximos meses.
Ante esta inestabilidad y la situación extraordinaria, con un incremento de los costes de doble cifra cada mes, resulta muy difícil poder cumplir con lo establecido contractualmente.
Todo el mercado debe ser consciente de las circunstancias excepcionales que atravesamos y de la necesidad de reunirse y renegociar los contratos, así como estar abiertos a cambios en los plazos de ejecución debido a la mencionada falta de stock.
Una renegociación que tiene que incluir a todos los agentes del sector: fabricantes, especialistas, contratistas y promotores. Toda la cadena de suministros necesita ser tolerante y consciente, y negociar proyecto a proyecto hasta que se estabilice la situación.
Fuente: GREMIOS