TALLERES VELILLA, S.A. – MOVEX – COMO EMPIEZA LA HISTORIA…
France Elevateur ha adquirido Talleres Velilla y eso supone un nuevo comienzo para la empresa. A través de dos números de la Revista Movicarga vamos a hacer un homenaje a esta gran empresa que forma parte de la historia de la maquinaria en España. Ha sido, es y será un referente, y por ello, desde la revista os traemos la historia de Talleres Velilla en dos capítulos.
En el primero, Francesc Velilla nos cuenta la historia de cómo su padre funda la empresa, la evolución de la misma, sus logros, sus diseños, sus innovaciones y todos los hechos que han convertido a Talleres Velilla en punto de referencia. El capítulo dos, en el siguiente número de la revista, estará enfocado en Talleres Velilla dentro del Grupo France Elevateur, con una entrevista a Marta y Ángel Velilla, los cuáles se quedan al frente de la empresa. Hemos visitado su nueva fábrica y os puedo adelantar que es un orgullo haber estado con ellos y ver que todo el trabajo y esfuerzo tiene su recompensa en una fábrica así.
Dicho esto, si alguien se merece un homenaje así es Francesc Velilla, el Gaudí de las Plataformas, la persona con más experiencia en plataformas en España. Nadie en este sector puede dejar de conocer su historia. No es ningún secreto que Francesc es de las personas que más admiro en este sector y tengo el orgullo de querer.
Con una capacidad de creación como pocas personas, Francesc reúne la capacidad de plasmar en proyectos lo que su mente crea, algo que no muchas personas son capaces de hacer, la combinación perfecta de un lado creativo y un lado industrial y ejecutor. A la vez, es una persona que disfruta, que tiene muchos hobbies y que no soporta la conformidad. Para aquellos que tenéis la suerte de conocerlo, sois afortunados, para aquellos que no habéis tenido oportunidad de hacerlo, espero que algún día vuestro camino se cruce con el suyo y tengáis una charla productiva con él.
Francesc Velilla se gradúa con honores, SUMMA CUM LAUDE.
Ahora a disfrutar con Carmen, la cuál se merece el mismo reconocimiento y a quien hago extensivo este homenaje que os hacemos.
FUERZA Y HONOR amigo. Eres grande, has hecho historia. Te vas por la puerta grande y con la certeza de haber hecho un gran trabajo.
Ad infinitum.
La historia de Talleres Velilla… Por Francesc Velilla
Año 1949, mi padre constituye la empresa con un crédito de 5.000 pesetas que le prestó el abuelo. En esta época de escasez, se dedicó al mantenimiento y reparación en empresas y fábricas.
Años 1960, Un célebre ceramista de nuestra ciudad, Granollers, requirió de sus servicios para el mantenimiento de sus instalaciones y la construcción de moldes y accesorios. A través de este trabajo se dio cuenta de la necesidad de maquinaria y equipos para el tratamiento y moldeo de las arcillas, empezando a construir algunos equipos para su elaboración.
Yo empecé a trabajar con mi padre en el año 1962 con 14 años. Mi pasión por la mecánica, amante especialmente de los coches, las motos y en general de todo lo que funcionaba con motor, hizo que me integrara rápidamente en el desarrollo de los nuevos productos que fuimos incorporando.
En estos tiempos, este tipo de máquinas eran prácticamente de concepción totalmente mecánicas, sin automatismos hidráulicos ni neumáticos, lo que obligaba a utilizar la imaginación para desarrollar los sistemas capaces de fabricar las diversas piezas de cerámica y producirlas con un proceso medianamente industrial.
Al año, una empresa de recogida de residuos y amigo de mi padre, debido al espacio que le ocupaba los montones de papel y cartón, le consultó la posibilidad de construirle una prensa para empaquetarlo. Era complicado, ya que para compactar papel y cartón precisaba un largo recorrido del pisón y hacía inviable los métodos mecánicos. La solución era mediante un cilindro hidráulico.
En España, la hidráulica estaba empezando, casi todos los componentes eran de importación y no había tampoco las industrias auxiliares para ayudar en el proyecto, lo que hizo que en un principio rechazáramos el encargo. Pero en aquel momento y con dieciséis años, yo podía acceder a tener licencia de conducción para motocicletas de 50 cc., pero mi padre era totalmente contrario y tenía claro que nunca accedería a comprarme una moto y entonces le hice un reto, ¿Si construyo la prensa, me compras la moto?
Su pensamiento era que no sería posible, a lo cual accedió. Para empezar, tuve que construirme yo mismo la mesa de dibujo con paralex para su diseño. Así fue como construimos la primera prensa hidráulica Velilla y yo tuve mi primera moto, una Ducson de 50cc .
Eran otros tiempos, las familias difícilmente podían acceder a la compra de una vivienda y aún menos si eran emprendedores y querían montar su propio negocio, porque ello requería un enorme esfuerzo económico. Pagar unos estudios era un sacrificio y normalmente se optaba a estudiar por las noches y trabajar durante el día. Yo hacía formación profesional y cuando terminé, empecé a estudiar perito mecánico alternándolo con el trabajo.
La fabricación de máquinas para la elaboración de cerámica artística era complicada, no fabricábamos ningún equipo igual, lo que para nosotros era un esfuerzo constante y poco rentable, ya que era un mercado muy pobre. Por ello, empezamos a buscar mercado en la cerámica industrial, en especial prensas hidráulicas automáticas, tanto para elaborar piezas en arcilla como de materiales refractarios.
Y vinieron los años 70, “Las grúas” Nos surgió la posibilidad de fabricar una grúa para el remolque de camiones y la construimos. En aquellos tiempos, empezaban las empresas de alquiler de grúas, algunos de ellos eran emprendedores que empezaron fabricándose su propia grúa, normalmente para el arrastre de vehículos, las máquinas Grove, Coles, etc. eran importadas y muy caras.
Esta primera grúa de arrastre la presentamos en el Salón del Automóvil de Barcelona en el año 1971 y con mucho éxito. Este año fue muy productivo en mi vida, me casé, empezábamos a construir una nueva fábrica y entrábamos en un nuevo proyecto como era la fabricación de grúas hidráulicas telescópicas, algo que para mí particularmente era un reto.
Como anécdota te diré que el día de la boda a primera hora de la mañana estaba probando la máquina para llevarla al Salón del Automóvil y a la mañana siguiente partíamos de viaje de novios a Milán para visitar la Fiera Campionaria y así aprovechar el viaje de novios …je,je,je. Además, tuvimos que terminar precipitadamente el viaje porque terminada el Salón del Automóvil, se produjo un problema hidráulico que no dejaba recoger la máquina y los responsables del salón exigían que la sacaran.
Las grúas telescópicas VELILLA tenían soluciones muy originales para la época: El telescópico era de salida sincronizada mediante cilindros y cadena, la pluma bajaba más de la horizontal para facilitar el cambio de trócola y montaje del plumín ó simplemente el engrase sin tener que utilizar escaleras, el cabrestante y reductor de giro eran de reductor de planetarios de fabricación propia. Además, el cabrestante tenía dos velocidades para lograr la velocidad adecuada al trabajar con distintos ramales de cable y el giro estaba accionado por un distribuidor proporcional compensado en presión, con lo cual conseguía una gran precisión en esta delicada maniobra de rotación.
Nuestra fabricación en grúas constaba de cinco modelos de 10, 12, 15, 20 y 25 Tn. y un máximo de 32 m. de altura montadas en camiones de dos y tres ejes hasta 26 Tn. de carga, que fueron muy apreciadas y aún hoy hay alguna máquina funcionando.
Al cabo de unos años, el mercado de grúas telescópicas empezó a cambiar, había ya ofertas de grúas autopropulsadas que podían desplazarse con una relativa velocidad por carretera y moverse con la carga suspendida, lo que nos hizo replantear la situación pues el tamaño de nuestra empresa no podía competir con las grandes empresas que tenían capacidad para fabricar ellos mismos incluso el vehículo portador. Fue entonces cuando en el año 1975 buscando una alternativa a las grúas telescópicas autopropulsadas, empezamos a construir pequeñas grúas autopropulsadas (Pick and Carry), las cuales ya se estaban utilizando en otros países, especialmente en Italia y creamos nuestra marca: MOVEX, ya que siempre habíamos querido dejar de utilizar el nombre familiar y crear una marca propia.
De estas máquinas todas con transmisión hidrostática fabricábamos modelos de 2, 5, 8 y 10 Tn. en varias versiones con y sin estabilizadores, tracción a un eje, tracción 4×4, etc. También en estas carretillas grúa, todo el conjunto desde los ejes de dirección, transmisión, cilindros, etc. eran de diseño y fabricación propia.
Como curiosidad te diré que en el año 1976 con la base del modelo de 5 Tn. construimos lo que hoy se conoce como manipulador telescópico, con la idea de concentrar cuatro máquinas en una, que se pudiera utilizar como grúa y con los acoplamientos como elevador de horquillas para cargas paletizadas, cesta para trabajos en altura y pala para la recogida de áridos.
Malogradamente y a pesar de que gustaba la idea, era algo diferente que no se conocía y por lo tanto no se había creado la necesidad, por lo que las empresas constructoras no consideraron que fuera un equipo rentable. También nuestra falta de visión comercial a largo plazo, hizo que abandonáramos el proyecto.
Año 1980, llegaron “Las plataformas” La economía en España siempre ha seguido como los dientes de una sierra: hoy había mucho trabajo y mañana crisis y así sucesivamente. En este baile nos cogió un bajón enorme de trabajo, lo que nos obligó a replantear la situación, ¿quién tiene trabajo en este país? No hubo que pensar mucho. Recién estrenada la democracia, ¿quién maneja capital? Pues los políticos que además estaban elegidos democráticamente y tenían que dar resultados, los equipos municipales de obras y mantenimiento solamente tenían escaleras y esto juntamente con las normativas laborales más exigentes tenía que cambiar. Visto este nicho de mercado, empezamos a diseñar equipos, las plataformas elevadoras MOVEX.
A día de hoy, MOVEX está reconocida en muchos países de dentro y fuera de la Unión Europea y hemos fabricado máquinas estándar y especiales innovando en todos nuestros fabricados.
Fuimos pioneros en fabricar máquinas hibridas de camión con funcionamiento por baterías, en desarrollar modelos para pequeños vehículos 4×4 para mantenimiento en zonas rurales, y en vehículos polivalentes mixtos de plataforma y grúa.
En máquinas especiales hemos fabricado y desarrollado equipos para bomberos, equipos aislados a 46.000V., equipos incluido el vehículo portador 4×4 para trabajar en el interior de minas o unas plataformas instaladas en un centro de mecanizado para controlar la fabricación y efectuar el control de calidad en altura de la fijación del fuselaje del Airbus.
Ya hace unos años mis hijos Marta y Angel se incorporaron a la empresa y hoy están administrando y gestionando todas las áreas de la misma.
Todo esto no habría sido posible sin la iniciativa de emprender el negocio de mi padre y la continuidad incondicional de mis hijos.
Este año hemos inaugurado unas nuevas instalaciones con dos modernas cadenas de montaje para poder cumplir con lo que nos demanda del mercado.
Con France Elevateur se abren nuevas oportunidades para Talleres Velilla, S.A. En poco tiempo juntos, podremos alcanzar rápidamente las 1400 máquinas anuales.
La unión con France Elevateur permitirá aprovechar las sinergias de ambas empresas en cuanto a diversificación de modelos, compras de materias primas y tecnología, ventas ect., y no reviste ningún cambio importante en la operativa de Talleres Velilla, S.A.
La marca MOVEX se queda integrada en France Elevateur y la gestión de la empresa queda asegurada por Marta y Angel Velilla.
.
