Sánchez, la luna y las mareas
En el Monte Saint-Michel en Normandía está la Abadía que lleva su nombre y que está consagrada al Arcángel San Miguel.
Comenzado en el año mil como una iglesia prerrománica para acabar como una construcción gótica en el S.XIII, es un monumento espectacular ya que está construida al fondo de una bahía invadida por el océano y cuyas mareas la dejan aislada parte del tiempo. Las mareas son mínimas, hay hasta 15 m de diferencia entre la pleamar y la bajamar, por lo que llegar a la abadía en muchas ocasiones y durante los siglos, ha requerido de gran destreza, tienes que saber por donde va el camino porque sino puedes perecer.
Así le pasa a nuestro Gobierno, como no vayan por el buen camino, esto puede tener consecuencias desastrosas.
Como si de un empresario de éxito se tratase, al Presidente del Gobierno se le ocurre que se va un fin de semana para confraternizar con sus ministros. Lo debe haber leído en el manual de “Cómo tener éxito pisando a quien se te ponga por delante”. Como si hubiesen tenido un año de logros, ganancias y buenos resultados, reúne al equipo para pensar en la nueva estrategia. Eso estaría muy bien si hubiesen hecho algo hasta ahora. Pero no, se los lleva un fin de semana, móvil en mano para retratar el antes, el durante y el después por las redes sociales. A planear en base a cuentos, en base a las ideas extremas comunistas que quieren vender el qué sin saber el cómo. El objetivo es estrechar relaciones. Todos en coche (no eléctrico por cierto) cantando canciones revolucionarias y el susodicho en helicóptero ( si se entera de esto Greta le mata!!!). Salen y hablan de sostenibilidad. Maravilloso. Como siempre, la demagogia se impuso. Y todos a casa felices a seguir parloteando, por no decir mamoneando.
El nuevo núcleo de Europa lo componen Alemania, Francia y Polonia, a España ni la tienen en cuenta en esta nueva partida de ajedrez que dirige Macron. Otro de los efectos colaterales de tener a Sánchez en el Gobierno. España prefiere las relaciones con Venezuela y sus autoridades, que eso de la UE es de capitalistas endemoniados.
Mientras Sánchez y sus colegas los youtubers (más preocupados por inundar las redes sociales que por trabajar) se reúnen, Italia ya está recibiendo 300 millones del Banco Europeo de Inversiones por los destrozos en Venecia. Y España, que sufrió a DANA, sigue sin recibir ingresos por el bloqueo del Ministerio de Hacienda, ya que la financiación necesita conformidad con el gobierno español y no la dan. Esto es el socialismo señores.
El levante español y muchos de sus hogares destrozados y siguen poniendo trabas. Es mejor mirarse el ombligo pensando en los planes, en sus fines de semana y en poner en twitter cuanto trabajan, que dejarse la vida para recibir las ayudas de la Unión Europea para reconstruir toda la zona. Obvio. Es mejor salir en el helicóptero a posturear que realmente bajarte a la arena a trabajar por los españoles. Pero como vengo repitiendo, tenemos lo que nos merecemos.
Esos pobres que han perdido casas, cultivos, negocios, etc., que sigan votando al PSOE, a Podemos y a sus primos, que verás que bien nos va a ir a todos.
A ver si de una vez entendemos que la palabra progreso no pertenece a la izquierda, es más, difícilmente un país puede ser competente y progresar con un gobierno mezcla de izquierda radical y extrema izquierda.
Eso es algo que tienen que entender los jóvenes, esos millenials de los que dependerán nuestras pensiones.
Estuve en una conferencia sobre cómo se debe atraer talento millenial a la empresa hoy en día. Sobre todo muy importante la conciliación de vida personal y profesional, que la empresa tenga responsabilidad social y que la empresa se adapte a sus expectativas. Hay cosas con las que estoy de acuerdo, como que la empresa se adapte a los tiempos, hacer las empresas más atractivas para que la gente trabaje en ellas, o que puedan compatibilizar familia y trabajo, pero de ahí a adaptar la empresa a ellos, creo que no. Se hizo mucho hincapié que el millenial vive a corto plazo, vive el momento… Eso tiene un doble filo, a la mínima que no esté interesado, se va a ir y buscará otro empleo. La empresa tendrá responsabilidad en hacer del trabajo un puesto atractivo, pero las personas tienen que ser responsables, comprometerse y trabajar como si no hubiese un mañana. Entiendo que los millenials tienen muchas preocupaciones como el cambio climático o la salvación de las ballenas, pero las empresas las forman las personas, y si apuestas por alguien, quieres alguien que viva la empresa, alguien que no sea un flojo, alguien que no te deje tirado a la primera de cambio. También se habló de teletrabajo. En EE.UU. hace tiempo hubo una moda para apostar por el teletrabajo y dados los resultados, se han dado cuenta de que es una fórmula que no está funcionando como creían. Por otro lado, en nuestro sector lo del teletrabajo para ciertos puestos no lo veo, pero a saber.
De lo que sí estoy segura es que estamos haciendo generaciones de flojos, yo me incluyo como responsable también. Somos demasiado permisivos. No creo que les estemos haciendo un favor a las generaciones que vienen. Lo que sí sé es que la excelencia pertenece sólo a unos pocos, que el éxito no se regala y que los equipos de élite no piensan en la inmediatez y en el corto plazo, no piensan en la edad de las personas ni en su sexo, sino en sus méritos y en los logros como equipo.
Alguien dijo una vez, “cuando el sabio señala la luna, el tonto se queda mirando el dedo”. Estamos rodeados de tontos que miran ese dedo. Sé de los que señalan la luna, y sino, sé de los que miran el firmamento y no permitas que la oscuridad te frene. Sé creativo. Recuerda que la vida es una aventura, no un viaje organizado.
FUERZA Y HONOR