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Ene 2021 Editorial
REVISTA MOVICARGA Nº 546

REVISTA MOVICARGA – ENERO 2021

REVISTA MOVICARGA Nº 546

Valora lo que tienes, y no lo que te falta

editorial Movicarga enero 2021

Antiguamente, las crecidas del Nilo permitían a los egipcios pronosticar cómo sería ese año. Cuando el ascenso del río alcanzaba 12 codos, había hambre; con 13, escasez; 14 codos traían alegría; 15, seguridad y 16 abundancia, gozo y placer.

¡Qué vivan los egipcios! Con la nieve que ha caído en enero en España, este vamos a gozar de lo lindo. Pooooos claro.

Nos queda un pequeño temita que arreglar, la vacunación masiva como está haciendo el Gobierno de Israel. Al gobierno de incapaces que sufrimos aquí, se les llenó la boca diciendo que habían comprado 80 millones de vacunas. Orquestaron una campaña política para demostrar lo buenos que eran con el pueblo, cuanto se preocupaban por nosotros y lo agradecidos que teníamos que estar a Sánchez, nuestro señor. Son especialistas en moldear la historia a su antojo. El resto de aspirantes al gobierno debería tomar nota de las artimañas de la izquierda, porque se nota que les falta esa picardía manipuladora que deja al pueblo lobotomizado. Han dejado callados hasta a los sindicatos. Es curioso como en España los sindicatos sólo se quejan si Gobierna la derecha, sino, callados sin levantar la voz, y no será porque estos inútiles que nos gobiernan lo están haciendo bien. ¿Qué estarán recibiendo a cambio? Me pregunto yo…

La realidad es que esto es un cachondeo, el ritmo de vacunación es lentísimo. Y ellos, con echar la culpa a las autonomías tienen suficiente. Cuando pase la vacunación a residencias, sanitarios, tercera edad y alcaldes con muy poca vergüenza (grupo en riesgo espero que de extinción), tengo curiosidad por saber cuál será el siguiente grupo. Porque la evolución natural debería ser los cuerpos de seguridad, los puestos de trabajo esenciales (dentro de los cuales se encuentra gran parte de nuestro sector), y después la gente que cotiza. Sí señores, los trabajadores que cada mes aportamos a la seguridad social, y a partir de ahí que hagan lo que quieran. Si la gente que está recibiendo compensaciones tienen que ser los últimos que lo sean, pero se deben marcar prioridades, porque somos unos pocos de millones los que mantenemos al resto. A los generales y cuerpos de élite hay que cuidarlos. Lo mejor sería que dejen a las empresas comprar vacunas y se vendan a nivel privado. No puede ser que dependamos de personas que no ponen sus esfuerzos en progresar sino en vender su imagen pública.

Para aquellos votantes socialistas o comunistas (para mí se han convertido en la misma especie) que no lleguen a fin de mes, sólo recordarles que su querido presidente se ha gastado 64.700 euros en los jardines de la Moncloa y 20.000 en una maquilladora para que él y sus ministros salgan guapos en sus intervenciones públicas. Algo prioritario. “Peanuts” (migajas) dirían algunos. Pero si consideramos que hay gente en España que pasa hambre y con pocos euros al día podrían comer y cenar. Hacer cuentas. A lo mejor le deberían dar una vuelta a la idea esa que quieren vender de socialcomunismo. 

Gracias al gobierno comunista, la factura de la luz se nos ha disparado. Si tenéis algún amigo comunista a ver si os puede explicar si subidas así estaban dentro de la doctrina comunista, porque yo creo que me debí saltar alguna clase la semana que explicaron el comunismo. Algo se me escapa, lo sé, porque no puede ser que haya gente que seguiría votando a estos inhábiles.

Tenía un profesor en la universidad que decía que al encontrar trabajo, los primeros 100 días nos hiciésemos imprescindibles. “Trabaja esos 100 días como si fuesen los últimos, déjate la vida, que cuando llegue el día 101, seas tú la primera persona a la que acuden para hacer las cosas”. Y funciona. No todo el mundo fue audaz, ni se hizo imprescindible claro. Pero otros sí. 

Y es que en las empresas, la gente con iniciativa y motivada de verdad se cuenta con los dedos de la mano. Hay empresas más afortunadas que otras, pero en muchos casos los trabajadores padecen el síndrome del funcionariado. Trabajan como autómatas, sin aportar ideas ni mejoras, ni sonrisas. Por no aportar, no aportan ni gracia. Van, desempeñan lo que les mandan y reciben un sueldo a final de mes. Eso sí, la culpa es tuya porque no les motivas. Actualmente, si no motivas, no rinden lo suficiente. No es su culpa, es tuya, que eres un mal motivador.

Yo propongo que en el curriculum la gente ponga bien claro si necesita ser motivado o ya lo trae de casa.

La diferencia entre antes y ahora, es que nosotros salíamos motivados de casa. Hoy en día, las bujías de motivación de muchas personas están con residuos, ¿no estaremos fomentando y educando flojos? La motivación comienza en uno mismo, de ahí todo lo que venga es un regalo.

Así que estate atento. No tiene suficiente con las 7 plagas de Egipto que nos están cayendo, ahora además ten claro que tus empleados requieren motivación extra. Pero vamos, que son las charlas de toda la vida de “esto se saca porque nos jugamos la vida y punto”.

Muchos hacen cursos para ser mejor jefe, muy encomiable, pero el saber motivar de verdad o se tiene en el ADN o no se tiene, el resto son condimentos a una persona que le falta esa cualidad. En la empresa es necesario un líder con carisma que dirija personas, y cada uno al nivel que esté. 

El jefe con gente a su cargo, sabe que un equipo implicado y con ganas, rinde infinitamente más que uno que va a trabajar por el sueldo. Es importante saber transmitir los valores, exponer la hoja de ruta y saber cómo llevar a las personas, implicar a la gente de manera natural, que se sientan respaldados. No todo el mundo vale para esto, no nos engañemos.

No todo el mundo vale para ser jefe, y no me refiero a CEOs de empresas solamente, me refiero a cargos intermedios, donde gente dependa de ti. 

Para ser un buen jefe, hay que tener mucha mano izquierda, saber leer entre líneas, saber tratar de distinta manera a las personas, tener respeto, ser honrado, tener empatía, querer y saber escuchar. Esto, que parece tan simple, no lo es. Hace falta humildad, dejar tu ego a un lado, no dejar que cualquiera te venda la moto, y saber calar a las personas.

Últimamente veo mucho movimiento en trabajadores. Una persona que lleva muchos años en un cargo no significa que sea bueno, simplemente que ha durado mucho en ese puesto. La gente se equivoca cuando piensa que años = experiencia productiva. Un proverbio vikingo dice que es mejor mantenerse peleando, porque si sólo corres, por mucho que avances, sólo morirás cansado, pero no con victorias.

Hay veces que en las empresas lamentablemente se dan casos de manzanas podridas que han perdido cualquier atisbo de profesionalidad. Que no te tiemble la mano, es mejor cortarlo de raíz que intentar enmendarlo, porque ya sabes que ese aura de podredumbre que envuelve a esos trabajadores, puede ser contagioso.

El sector se hizo imprescindible en 2020 con la pandemia y en 2021 no será diferente. Las nieves han sacado mucha maquinaria a la calle, cualquier tsunami futuro que venga, lo afrontaremos como hasta ahora, con templanza, con ganas y con empeño.

En la batalla que tenemos por delante no siempre estarás luchando, dedica tiempo a afilar tus armas. Acude sólo a las batallas en las que sepas que puedes ganar algo con esa victoria.

Se guerrero, se fuerte, se tormenta. Valora lo que tienes, y no lo que te falta.

FUERZA Y HONOR

Macarena García Oliver

macarenagarcia@movicarga.com

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